1- Lo decadente de los métodos utilizados en campañas políticas y el vacío de contenido involucrado en declaraciones y discursos ¿es producto de una actitud generalizada que busca simplificar el acto de elegir y, al mismo tiempo, quedar, argumentando ignorancia (¡qué vergüenza de argumento!), en cierto sentido exento de responsabilidad, restándole a dicho acto el análisis pertinente y librándolo al azar de la simpatía?
2- El vacío de contenido es algo que podría decirse, es demandado por la gente. Esto se refleja ya en la música, ya en la literatura, con el consumo preferencial del reggaeton y Paulo Coelho respectivamente, entre otros.
3- ¿Es posible afirmar que existe una juventud reflexiva que busca alternativas ideológicas con las cuales combatir tanto la crisis de identidad política, como la rigidez del pensamiento que sostiene que las corrientes ideológicas hoy desarrolladas agotan todas las corrientes ideológicas posibles, sólo dejando lugar a simples variaciones de las originales? De ser cierta esta posibilidad, ¿se debe incluir en ella a la juventud de izquierda que aún busca aplicar un modelo inapropiado a un país que pide otro modelo distinto que, si bien puede tomar ideas de origen europeo (o simplemente extranjero), debe rescatar la identidad propia, a fin no interpretarse a sí mismo en términos gestados bajo otras realidades sociales, con otros actores sociales (error fundamental encasillar en los términos europeos a los actores sociales del país), y lograr así una mayor y más profunda comprensión de los problemas generales y específicos, para enfocar de manera más correcta las posibles soluciones?
4- ¿Cómo lograr que se vuelva a confiar en fines a largo plazo? ¿Cómo atenuar la desesperanza y la irritabilidad?