domingo, 13 de septiembre de 2009

IX: Desconciertos, autores y lectores

Hay algo en ciertos textos que me desconcierta. Con la lectura de esos textos que despiertan las mil y una interpretaciones, siento como si ese efecto fuera consecuencia de un vacío de contenido, o consecuencia de una vaguedad (premeditada o no) en la escritura, de una pretensión por hablar de todo y de nada del autor. Pero, por otra parte, cada interpretación (siempre quise pensar esto) es en parte, sino en su totalidad, contenido del texto. Entonces, el texto, ¿se encuentra vacío de contenido en un primer momento, en el momento en que el autor le da fin al relato, donde se halla sin corrupciones todavía hasta que es completado o rellenado por el lector/interpretador, o se encuentra saturado de contenido respecto de sus posibilidades de interpretación, o más bien, rebalsado por la potencialidad de él mismo? Sea como sea, hay que considerar que el primer lector es siempre el autor de la obra. Esa primera interpretación, ¿se encuentra por fuera o por dentro del texto? ¿Alguna interpretación se encuentra por fuera del texto? ¿Es posible escindir completamente al texto de su(s) interpretación(es)?

Otra cuestión, ¿hasta qué punto la interpretación de un texto es propia del lector y no es, al ser una potencialidad del texto mismo, escrita por el autor? Dando vuelta esta pregunta, ¿hasta qué punto es el autor “autor” del texto, y no el lector que crea y recrea a partir de ese encuentro con palabras ordenadas de cierta manera? Esto último pareciera quitarle importancia al acto creador de quien escribe una obra, afirmando que simplemente ordena palabras, pero yo me he visto muchas veces simplemente ordenando palabras, es decir, escribiendo algo que no sabía qué quería decir ni si en realidad quería yo decir algo. En definitiva, ¿fue algún autor capaz de transmitir lo que quiso transmitir? Supongo que en parte sí, pero nunca en su totalidad. Y es aquí donde entra la infidelidad/fidelidad que tanto estuvo rondando. Muchas veces, y en general es como se enseña, la repetición de las palabras ordenadas, el deletreo de un texto vaciándolo así de todo, hasta de la intención, se piensa como “la fidelidad”. ¿Se puede decir que de esa manera se entendió el texto? No lo creo. Más bien lo veo como una simple reproducción, como una reproducción de una película en una sala vacía. Quizás la interpretación tenga más en común con la traducción que con la reproducción. Y una traducción no se hace buscando palabra por palabra en el diccionario.