domingo, 5 de abril de 2009

II: Sobre música y escritura

Escribir no es muy diferente de hacer música.

Las palabras de una frase se corresponden con las notas de una melodía. A su vez, el papel que juega cada nota y su relación con las demás, sería comparable al concepto al que remite cada palabra y su forma de articularse con las otras. Sin embargo, en el acto de escuchar una melodía sucede algo maravilloso, lo cual no aparece en la lectura de una frase: el inmediato contacto del corazón con dicha melodía.

La última afirmación es objetable en varios puntos. Primero, no existe una inmediatez absoluta entre corazón y melodía, es decir, se precisa la capacidad de oír sonidos y luego procesar esa información, lo cual implica entonces un mediador; pero si consideramos que ésta es la única manera en que nos es posible la percepción auditiva, el hecho no tiene relevancia para el caso, y por ende es posible sostener ese carácter inmediato. Segundo, bien está formular esta pregunta: “¿y la lectura no es percepción visual y procesamiento de información, y por lo tanto inmediata?”. No, existe un mediador más: el lenguaje y su trama de conceptos. Éstos obligan a trabajar al pensamiento para lograr desentrañar el significado de la frase (considero aquí, que lo que llamo “procesamiento de información” es simplemente lo que le da forma a lo que vemos u oímos, etc. –percibimos- en tanto hace posible su percepción misma; en cambio, el plano donde trabaja el pensamiento es uno completamente distinto. No voy a extenderme en este tema). Luego, sí es posible el contacto con el corazón. Ahora, bien se podría argüir, que la música también tiene lenguaje y un significado que desentrañar, que desenredar. Cierto, sólo que en este caso se produce el camino inverso al de la lectura, es decir, llega a través de los sentimientos para luego someterse a esa “traducción” que es el entendimiento.

No creo haber resuelto ningún enigma, ni haber echado luz sobre ninguna cuestión realizando esta comparación. Sin embargo, fue un buen ejercicio mental. 

No hay comentarios: